En Tlanchinol, el día de ayer sufrí un intento de asesinato cuando llegaba a mi casa. Personas armadas dispararon contra mi auto y huyeron. Esto ocurrió en el contexto de amenazas previas por mi participación en asuntos comunitarios. Al acudir al Ministerio Público en busca de ayuda, me pidieron dinero para gasolina para llegar al lugar del crimen, lo cual es injusto. Me siento en peligro y desamparada, ya que quienes me atacaron saben que las autoridades no protegen a las víctimas. Por eso, recurro a los medios de comunicación para que mi denuncia sea escuchada y visibilizada. Esta situación no es solo por mí, es por todas las personas, especialmente mujeres, que son silenciadas o amenazadas al alzar la voz en sus comunidades. Agradezco su atención y confío en que puedan ayudar a difundir esta situación.
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